“Siempre seré un defensor de los pueblos indígenas” serían las palabras que podría llevar tatuadas Higinio Obispo. Lleva más de 20 años trabajando por los derechos de su pueblo, y tras su paso por la secretaria general de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), hoy aspira llegar al Congreso de la República.
Desde muy joven, este líder indígena, perteneciente a la Gran Nación Embera, ha tenido que sacar sus fuerzas para trabajar por el bienestar de su comunidad. Pero no ha sido una labor sencilla. Su lucha por defender la vida, la madre tierra y los derechos de los pueblos indígenas, le han costado varias amenazas.
Creció en el resguardo Guangui, del municipio de Timbiquí, en la Costa Caucana, viendo de primera mano las necesidades de su pueblo, marcadas por la exclusión histórica que han vivido los comunidades indígenas en Colombia. “Desde pequeño siempre observé que nuestra gente estaba muy excluida y que nosotros éramos tratados como un cero a la izquierda”, recuerda.
Esas experiencias fueron allanando poco a poco el camino que confirmaría años más tarde, tras sus estudios en etnoeducación y filosofía en Bogotá. Quería “aportar un granito de arena” para que los pueblos indígenas fueran tratados en Colombia con dignidad y respeto. Entonces, tomó la decisión de regresar a su territorio y trabajar por su pueblo.
Sin embargo, a sus 22 años, su liderazgo empezó a incomodar a los grupos armados de la región, que querían silenciar su voz. Y aunque tuvo que abandonar el Cauca porque su vida estaba en peligro, no dejó atrás su lucha y se trasladó hasta el departamento de Nariño, donde lideró el proceso de la Asociación De Cabildos Indígenas Eperara Siapidara.
Allí, cuenta Higinio, “construimos nueves resguardos en esa región, impulsamos el liderazgos de hombres y mujeres, hicimos convenios con la universidad para que nuestra gente se fuera formando, y construimos todo el ejercicio de gobernabilidad y de administración territorial”.
Luego de 18 años en ese proceso organizativo, en el 2016, su destacado trabajo lo hizo escalar nada más que a la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), donde fue nombrado como Consejero Secretario. Allí, impulsó la creación de sistemas de economías propias sostenibles y llevó a cabo espacios de diálogos para el fortalecimiento de los cuatro pueblos de la Nación Embera.
Además, desde ese lugar, no solo fue un defensor del proceso de paz, sino que abogó por el respeto de los 102 pueblos indígenas que existen en Colombia, alcanzando logros significativos.
Ahora, tras todo ese incansable trabajo y de una vida dedica a la reivindicación del movimiento indígena, busca llegar al Senado por la por circunscripción especial indígena, no solo para llevar las peticiones hasta esa instancia de los pueblos indígenas, sino la de todos los sectores sociales que componen esa inmensa mayoría invisibilizada durante siglos.
Su principal apuesta será impulsar los modelos de economías propias sostenibles para que los pueblos indígenas puedan enfrentar las problemáticas que están aquejando a sus territorios, que ponen en jaque su calidad de vida y soberanía alimentaria.
“Desde el colorido de la biodiversidad, vamos a proyectar un pensamiento en defensa de la madre tierra, del medio ambiente y de todos los recursos que pertenecen al pueblo indígena. (…) Vamos a llevar una propuesta seria y responsable de un modelo de economías propias para que los pueblos y los demás sectores nos podamos beneficiar en una instancia de dignificación de la vida”, dijo Higinio el pasado 7 de diciembre en la inscripción de su candidatura al Senado.