El departamento de La Guajira cumple 50 años de su constitución, los cuales han trascurrido con diferentes problemáticas ambientales, entre otras, y hoy por hoy, tienen a La Guajira sumergida en una profunda crisis, que va desde lo ambiental, pasando por la corrupción política, la falta de infraestructura en salud y educación, como los problemas de salud de la población Wayuu, siendo este ultimo el problema que más sobresaliente en la región.
El departamento de La Guajira cumple 50 años de su constitución, los cuales han trascurrido con diferentes problemáticas ambientales, entre otras, y hoy por hoy, tienen a La Guajira sumergida en una profunda crisis, que va desde lo ambiental, pasando por la corrupción política, la falta de infraestructura en salud y educación, como los problemas de salud de la población Wayuu, siendo este ultimo el problema que más sobresaliente en la región.
La Guajira, según la Gobernación, “está dividido en 15 municipios; Riohacha, Albania, Barrancas, Dibulla, Distraccion, El Molino, Fonseca, Hatonuevo, La Jagua del Pilar, Maicao, Manaure, San Juan del Cesar, Uribia, Urumita y Villanueva, 44 corregimientos, así como, numerosos caseríos y sitios poblados por indígenas conocidos como rancherías”.(Tomado de http://www.laguajira.gov.co/web/index.php?option=com_content&view=article&id=1182&Itemid=78)
Como lo pueden apreciar, ni la misma gobernación del departamento de La Guajira sabe con exactitud cuántos caseríos y rancherías hay al interior del departamento, partiendo de ese desconocimiento e imprecisión, se pueden ir haciendo una idea de las múltiples situaciones que vive la comunidad Wayuu allí.
Ahora bien, conversando con la líder Wayuu Rosa Iguarán, ella plantea que se han dado algunos avances por parte del gobierno nacional, pero que estos son mínimos y microscópicos, pues la problemática del agua es un problema estructural y complejo. La zona con mayor presencia de agua en este momento la tiene El Cerrejón, en donde tienen plantas desalinizadoras, estabilizadoras y potenciadoras de agua. Para tener este tipo de plantas a lo largo y ancho de La Guajira, Rosa Iguarán plantea que “se necesita voluntad política y el apoyo de ONGS para poder acceder a ellas, pues el precio de dichas plantas es muy elevado”.
Rosa Iguarán expone que el agua es vital para la comunidad, como para la humanidad, pues “Si nosotros tenemos agua, podemos sembrar, podemos tener maíz, frijol, y otras semillas que son propias de la alimentación de la comunidad. Los Wayuu no somos dependientes, somos independientes y nos da mucha tristeza tener que depender del mercado”.
Al preguntarle a la líder Wayuú por los 50 años que cumple La Guajira, como de la percepción que ella tiene sobre lo que se ha hecho, y lo que hay por hacer en el departamento, ella explica que “en estos 50 años se pueden mirar como un nuevo amanecer; hay que pensar y hay que avanzar; hay que mejorar nuestras fortalezas, nosotros estamos en una zona estratégica, debemos hacer un llamado a la comunidad para hacer un cambio de actitud, ya que nuestros gobernantes no nos van a cambiar nuestras condiciones, sino nosotros que somos los que vivimos allí y somos los primeros que debemos cambiar de actitud para defender nuestro territorio, es un reto, pero debemos entrar a replantear para mirar qué tenemos y cómo lo debemos repotenciar; nosotros como Wayuus hemos hecho grandes aportes al país, como la conciliación y la reparación, los cuales son aportes en torno a la identidad cultural”.
La crisis de La Guajira es un problema estructural que no se soluciona donando bolsas de agua ni llevando un pan y ni bienestarina a los niños de la comunidad Wayuu, se necesita la integración del gobierno nacional, con las diferentes instituciones y funcionarios que tienen que ver con la problemática ambiental, pues es a partir de la sequía y la falta de agua que se ha ido desencadenando la crisis de La Guajira. Con respecto a la atención del ICBF le consulte a Iguarán sobre los avances o no que este instituto pudiese estar adelantando en el departamento, a lo cual ella me respondió que “detrás del ICBF hay operadores maquiavélicos que son los que asignan la alimentación para los niños, y que no es suficiente lo que hace el ICBF para atender a los niños”.
No se le puede pedir al ICBF que supla la alimentación de todo un departamento, pero sí que si va a ejercer el papel de atención a los niños de la población, lo haga de manera responsable y eficaz, y no con migajas de pan, con bolsas de avena y bienestarina, que tengan fechas de vencimiento que expiraron hace más de tres meses.
En este sentido, la declaraciones de Karen Abudinen, directora de Primera Infancia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, dejan mucho que decir; “hago un llamado a todos los operadores porque realmente es muy frustrante encontrar esto en La Guajira cuando ellos saben perfectamente que el Bienestar Familiar da unos montos importantes para tener un equipo humano idóneo”.(Tomado de http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/denuncian-que-operadores-del-icbf-en-la-guajira-no-cumplen-con-alimentacion-de-ninos/20150612/nota/2804591.aspx). Cómo es posible que si ellos (el ICBF) contratan a los operadores, no les realizan seguimiento, ni control alguno, y que se enteren de que los operadores no cumplen con su trabajo, luego de que mueren 10.000 mil niños Wayuu por desnutrición; este tipo de situaciones no podemos permitir que sigan ocurriendo en nuestro país.
En materia de cooperación internacional Iguarán plantea que “la agencia de cooperación internacional llegó a La Guajira cuando se dieron cuenta que el departamento es el segundo más pobre después del departamento del Chocó, antes de eso no nos volteaban a mirar. Las soluciones se deben plantear consultando con nosotros los Wayuu, y no planeándolas los funcionarios desde una oficina en Bogotá, sin conocer lo que pasa en nuestro territorio”.
En cuanto a lo político (léase politiquería), esta es una de las causas por las cuales al departamento no se le ven recursos invertidos ni avances; los congresistas le quitan recursos a las diferentes autoridades regionales de La Guajira, hay una pobre o casi nula infraestructura en materia educativa, en muchos casos los salones son un pedazo de árbol y las sillas troncos cortados, y el Ministerio de Educación calla y no actúa frente a esa situación. El Cerrejón, por ejemplo, no hace nada por las comunidades, solo se toman fotos y gastan millones en publicidad para contra restar una realidad de la que nadie se puede escapar. Respecto a esto, la líder Wayuu plantea que “necesitamos apoyo e iniciativa para los Wayyu, pero que seamos nosotros los que lo promovamos y no políticos oportunistas y personas que hagan negocio con nuestra problemática”.
Lo cierto es que el panorama actual de La Guajira no es el mejor, el ICBF suspendió la entrega de alimentos a los comedores de los niños Wayuu, y estos no tienen que comer. Los centros de educación prácticamente no existen, los centros de salud son como tener un botiquín en la casa, el agua a los Wayuu les toca comprarla en la mayoría de zonas del departamento de La Guajira, no hay voluntad política para hacer cambios y dar soluciones, la explotación en el Cerrejón está impactando negativamente al departamento, la sequía y la falta de lluvia impiden que los Wayuu siembren y puedan auto abastecerse, el ICBF no está pendiente de los operadores que contratan, y hay más problemáticas allí que no alcanzaría el papel para nombrarlas.
Esperemos que La Guajira pueda salir adelante, que las ONGS y la cooperación internacional puedan articularse con las comunidades, que la voluntad política se manifieste en pro de la comunidad, que el gobierno cumpla las metas de los pozos de agua, que el Ministerio de Educación construya centros educativos, que los centros de salud presten servicios reales, y lo más importante, que hayan respuestas reales y concretas para el desabastecimiento del agua (no sólo esperar que vuelva a llover) en La Guajira, para que la comunidad pueda volver a sembrar y autoabastecerse, y así superar la desnutrición de la niñez Wayuu.
Por: Juan Camilo Caicedo M.
Twitter: @JUANCAELBROKY